En este ritual ceremonial de la Surba Inna, hay dos momentos básicos: el primero narrado por Nevaquiriadi (que en el lenguaje Cuna quiere decir "madre del temblor") mujer Cuna-Tule habitante de la reserva indígena del caimán. El segundo momento, la fiesta ceremonial.
Relató Nevaquiriadi
"Los niños Cuna crecen libres al lado de sus padres, los cuales se encargan de enseñarles las labores cotidianas. El varón desde la edad de 7 años acompaña a su padre al monte y adquiere el conocimiento para cazar y pescar. La niña permanece al lado de la madre y aprende los oficios de recolección de frutos, preparación de alimentos, y la de confección de las molas (tejidos alegóricos a la cultura Cuna que usan en sus blusas) y los saburretis (faldas); la mamá de la niña la observa y está atenta cuando ella llega a la edad de 8 años, revisando su desarrollo corporal y detallando sus pechos buscando el brote mamario, éste se presenta como una pequeña bolita, que indica que la niña debe estar quieta y se le prohibe brincar, para que esta bolita no se le vaya a perder. La madre Cuna es orgullosa de tener una hija Cuna.
Año tras año, revisa constantemente los senos de la niña, los cuales crecen lentamente. En el momento de la adolescencia, aparece el obscurecimiento del pezón el cual se abre sobre la aureola, lo que indica que en un mes se desarrollará (tendrá su primera menstruación o menarca). La madre avisa entonces al padre, el cual va, en busca del cacique y le dice "ARBAE NOSA" (que significa "nos ha salido trabajo"), el cacique lo escucha y acepta la ley, luego sopla un enorme caracol que avisa a la comunidad, que se prepare para la celebración del rito, el cual tiene dos momentos diferentes; el primero donde la joven permanece en el SURBA y no se le deja ver de los miembros de la comunidad, sólo de su madre y las mujeres que le ayudan, y el segundo momento que es la gran fiesta, en la cual ella sale de la SURBA y preside la ceremonia ritual.
La madre prepara todo lo necesario para este acontecimiento como son las cocas de totuma, una tinaja y agua fresca. En la hora crepuscular, le coloca a la joven unos tizones apagados en la cabeza, y los cubre con un manto cuna, luego, es llevada a la maloca junto con su madre y otras mujeres que ayudarán en el ritual. La abuela de la joven la acuesta en una hamaca con toldillo, quedando encerrada y a oscuras. A la mañana siguiente llegan los hombres jóvenes de la comunidad trayendo hojas de palma, y danzando construyen, dentro de la maloca, el cuarto de los ritos llamado SURBA. En las horas del medio día, la joven es encerrada en el SURBA junto con su madre, y permanecen solas durante dos días, al cabo de los cuales, al anochecer, vendrán las otras mujeres para bañar a la joven, la cual está de pie y desnuda, le riegan el agua fresca traída del río en su cabeza y la dejan deslizar por su cuerpo, hasta caer al suelo donde han abierto un hoyo en el piso, que recogerá este baño con la sangre menstrual y evitará que salga de la SURBA, este baño se repite 8 veces. En la noche se sienta y posteriormente se acuesta en la hamaca, así cada día durante el período de la menstruación.
En la SURBA la joven sólo puede comer huevos, cangrejo, beber chicha dulce de maíz o plátano y debe evitar los alimentos que contengan sal, que sean espinosos, que tengan carne de monte, y sólo una toma al día en las horas de la tarde, además no debe ver ni ser vista por ningún hombre. El padre fermenta la chicha para la fiesta, (si la joven es de espíritu altivo, la chicha fermentará rápido), la cual puede ser de plátano, caña o panela. El avisa cuando está lista haciendo sonar un enorme caracol, para que lleguen todos a su casa. Es la ocasión apropiada para que se adornen con las joyas de oro y plata, las cuentas de chaquiras en los tobillos y brazos, además de lucir molas y saberretis nuevos. La gente de la comunidad se desplaza desde lugares distantes, ya sea a pie, a caballo o en sus cayucos (canoas) durante horas o días para asistir a la SURBA INNA.
Los hombres jóvenes y ancianos dialogan con el padre y hacen un homenaje al dios de los Cunas BATDUMAN (Padre Grande). La madre prepara en un calabazo limpio, plátano asado y huevos, además de chicha para un hombre joven, que va por 12 pepas de jagua, (fruto que servirá para extraer el zumo con el que se pintará a la joven) el cual, debe buscar el palo de la jagua en la selva, orientarse al sur de éste y treparlo por la izquierda. Así mismo, otro hombre joven va por dos cangrejos, son estos dos elementos: la jagua y los cangrejos, los que servirán de oráculo dando a conocer el futuro de la joven y le servirán de protección contra los malos espíritus. Es importante observar la posición de las jaguas en el árbol, si sueltan fácil, si se caen y así mismo se analizan los cangrejos, su color y cómo están ubicados al encontrárseles. Las jaguas las toman las mujeres acompañantes y las parten por la mitad con un cuchillo limpio, en ocho (8) movimientos lentos, observan la parte interna de los frutos y predicen el futuro de la joven. Con hojas de pijao y totumas de chicha se extrae el zumo de la jagua con el que se pinta a la joven desde la cabeza a los pies. Las mujeres que ayudan a la joven son las que primero toman chicha, tocan y bailan en esta primera fiesta.
Un segundo ritual es preparado a los dos días, la joven presidirá la ceremonia. En esta ocasión la madre le raspa el pelo, "una vez y luego otra vez, porque todo debe tener su pareja y hacerse par", luego le coloca un manto Cuna en la cabeza, y le enrolla una tira tejida de chaquiras en las muñecas y tobillos, luce un traje con la vistosa mola y el saburretis estampado en vivos colores, adorna su cuello con numerosos collares de pepas, dientes, monedas y luce la argolla nasal (OLO).
El personaje principal, por excelencia en estas fiestas, es el KANTULE o contador, el cual llega al lugar de la INNA ataviado con una corona de plumas y collares de colmillos de animales, acompañado de una flauta e inicia un recital que transporta el alma de la joven hasta el borde del mundo de los espíritus, donde moran los reyes de todos los animales. EL KANTULE y su séquito constituido por seis ayudantes entran a la gran maloca, con flautas y maracas hechas de finas cañas, huesos de águilas y de cráneos de armadillo, fuman sus pipas, queman cacao seco y tabaco en los braceros de cerámica y lo dan a oler a los invitados. El KANTULE se pinta con achiote los pies y la nariz para espantar a los espíritus malignos que acechan a la joven, luego prueba la chicha e inicia el canto; la joven ofrece 8 veces la chicha a las mujeres que la acompañaron en la SURBA, las cuales danzan al compás de las flautas y las maracas, simulando animales. Es en este momento del ritual, en el que la joven se transforma en mujer, dando así su primer paso maravilloso a la vida adulta "al asomarse al cielo de oro de los Cuna". La joven se para 4 veces al frente de los que danzan ofreciéndoles chicha, éstos interpretan con sus movimientos los ritos que los espíritus hacen al subir al cielo y recorren los senderos de los Kalus (espacios siderales donde viven las fuerzas de la naturaleza, los espíritus y los dioses). Algunos hombres de la comunidad son escogidos para vigilar que en la fiesta no haya peleas, ya que esto acarreará malos presagios para el futuro de la joven, de acuerdo a como se desarrolle la fiesta será el temperamento de la joven. La fiesta ritual debe terminar al día siguiente, luego de haber consumido toda la chicha, antes de que el sol se oculte, ya que éste es el guardián de la joven.
Tomado de GEOGRAFÍA HUMANA DE COLOMBIA VARIACIÓN BIOLÓGICA Y CULTURAL EN COLOMBIA (TOMO I), Instituto Colombiano de Cultura Hispánica.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Saludos desde Berlin, Alemania, de la banda de música: Pescadores de ventanas.
www.pescadoresdeventanas.com
Publicar un comentario